Para ser un buen médico no es suficiente atender a unos pacientes: hay que estudiar, leer, reflexionar, preguntar, investigar, asistir a congresos. Para ser PADRES, hay que dedicar tiempo a examinarse sobre cómo mejorar en la propia labor educadora. En nuestra vida familiar SABER es importante, el SABER HACER es indispensable, y el QUERER HACER es determinante. Puede no ser fácil, pero no cabe auto engañarse excusándose en las otras tareas que tenemos: conviene siempre sacar unos minutos al día, o unas horas en períodos de vacaciones, para dedicarlos a la propia formación pedagógica.