En muchas ocasiones conversando con los padres de familia les he dicho que 
deben enseñar a sus hijos a triunfar y a perder; sin embargo esta última sugerencia los padres no lo comprenden fácilmente. ¿Enseñarle a mi hijo a perder? Se preguntarán siempre.
Todos los padres queremos que nuestros hijos sean triunfadores y hacemos lo posible que su vida se convierta en triunfos permanentes, pero en realidad eso nunca se dará, pues tanto los hijos como los padres somos humanos y alguna vez, perderán como muchas veces hemos perdido y hasta fracasado; por lo tanto aunque parezca paradójico, enseñe a su hijo desde pequeño a perder, de esta manera en el futuro, podrá manejar adecuadamente la frustración para seguir su camino en busca de sus metas.
Encontré un artículo interesante respecto a este tema en el Informativo “Hablemos en familia” de la Editorial Santillana. Lo transcribo para que esa pregunta ¿enseñarle a mi hijo a perder? Tenga una respuesta clara y positiva en los padres de familia.
Cierta vez unos padres de familia acudieron a un psicólogo muy preocupados para consultarle sobre el caso de su hijo adolescente. Le contaron que en Inicial y Primaria había sido el primero de su clase Todos los años obtenía diplomas y ganaba en las olimpiadas deportivas. Sin embargo, en secundaria dejó de ser el primero, lo cual lo puso de muy mal humor.
Así terminó su etapa escolar y se presentó al examen de admisión de una competitiva universidad, pero no ingresó. Esto terminó en convertirlo en una persona totalmente amargada y ya no quiso volver a postular. Finalmente, se quedó sin hacer nada de provecho. -¿Por qué cambió mi hijo si cuando era pequeño siempre ganaba?- preguntó la madre y el psicólogo respondió:
Precisamente ahí está la razón: de niño no tuvo la oportunidad de perder y por eso no aprendió a hacerlo, y ahora siente una gran frustración por no ser el primero en todo. Además, es probable que sienta que ha defraudado las expectativas de ustedes sus padres. Lo que debe aprender su hijo es que en la vida uno no gana todo lo que emprende. Es más, las personas de comprobado éxito dicen que llegaron a triunfar luego de muchos fracasos, gracias a que supieron perder.
Desde la niñez el ser humano debe aprender a manejar las frustraciones; y en esto los padres juegan un papel fundamental.
David Cortejoso, psicólogo, máster en Terapia de Conducta y Trastornos de la Personalidad, nos brinda algunas claves para que el niño aprenda a perder:
*La primera y más importante es que no debemos dejarle ganar siempre, solo por el hecho de que no se enfade. De lo contrario acabará pensando que las cosas deben ser siempre como él las piensa. Pero tampoco nos debemos pasar al otro extremo, hay que dejarle ganar en alguna ocasión, ya que favorece que coja confianza y que aumente su autoestima, que también son importantes.
*Cuando reaccione con mucho enfado o agresividad, lo mejor es ignorarlo por completo, cortar el juego y dejarlo solo. Hay que explicarle las consecuencias de sus malas reacciones y decirle que el resto de sus iguales no va a querer compartir los juegos con él. Luego se lo debe dejar solo hasta que la reacción se extinga.
*Cortejoso aclara que si la reacción de un niño por haber perdido en un juego no es desmesurada, si solo expresa su malestar, si se desanima y no quiere seguir jugando, es completamente normal. Lo que no es normal es la agresividad, los gritos, insultos, el enfado, el no querer jugar a algo porque sabe que perderá, dejar el juego a la mitad.
En un mundo sumamente competitivo como el actual, generalmente tendemos a motivar a los niños y adolescentes a ganar, lo que no está mal. Sin embargo, también se les debe enseñar a saber perder, para que la frustración no los lleve, por temor al fracaso, a dejar de intentar lo que desean lograr, o a utilizar artimañas para ganar de cualquier manera.
“Ama Sua – Ama Llulla – Ama Quella”