ME OLVIDÉ PROFESOR…

Es curioso lo que ocurre con los adolescentes en estos tiempos. La palabra “me olvidé profesor” es lo que utilizan en todo momento. Jaimito, ¿tu tarea?; ¡me olvidé profesor! Silvanita, ¿tu agenda?; ¡me olvidé profesor! Luchito, ¿tu guía de matemática?; ¡me olvidé profesor! No solo es común esa respuesta, sino que lo expresan con una frescura absoluta; no tienen vergüenza, les parece normal; todo termina para ellos con la famosa expresión: “me olvidé profesor”. Pareciera que los avances de la ciencia traen consigo también avances rápidos en el envejecimiento de algunos órganos en los adolescentes. El Alzhéimer es propio de las personas de avanzada edad, pero se está apoderando de la juventud, porque de todo se olvidan, para justificar por cierto su irresponsabilidad. Hoy, en  la mayoría de las escuelas públicas y privadas obligan a sus estudiantes a usar su respectiva agenda o diario; precisamente para que puedan anotar con la debida anticipación los trabajos, exámenes o materiales de cada curso; sin embargo, la agenda no está cumpliendo su verdadero rol. ¿Qué está pasando con los adolescentes, que  a pesar de esos medios auxiliares siguen utilizando la frase “me olvidé profesor”? Me parece que es un tema de educación, orden y responsabilidad que probablemente muy poco lo cultivan en sus hogares y mucho menos en las escuelas. Un estudiante ordenado y responsable debe alistar sus útiles y materiales de trabajo el día anterior. Revisando su agenda debe colocar a la mochila todo lo necesario para la jornada escolar del día siguiente; así de sencillo. Entonces estoy seguro que la famosa frase justificadora, irá desapareciendo poco a poco; en caso contrario, temo que algún día el profesor le diga a un alumno: Escriba su nombre en la hoja del examen, y el alumno responda: “olvidé mi nombre profesor”.