FELIZ COINCIDENCIA

Deseo compartir con ustedes una feliz coincidencia de la centésima edición de mi Boletín Puente cultural con un acontecimiento importante en mi vida profesional.

A los 20 años de edad, apenas graduado como profesor de matemática me hice papá de 5 hijos. Ese año, cuando tenía tantos planes y sorpresas para mis padres como muestra de agradecimiento por el esfuerzo desplegado para darme una profesión, llegó el día más triste de mi vida. Mi querido padre partió de este mundo para no volver más. Tenía entonces 5 hermanos estudiando y por lo tanto reemplacé a mi padre con amor, honor y responsabilidad. Hasta entonces había hecho también planes personales para continuar mis estudios hasta lograr el máximo grado académico que es el doctorado; sin embargo la pronta partida de mi padre y la responsabilidad de papá que asumí, truncaron mis aspiraciones de superación. Uno a uno fueron saliendo profesionales mis queridos hermanos, y al paso de muchos años más, llegaron los hijos. Asumí otra responsabilidad de educarlos y por lo tanto mis estudios de post grado tenían que seguir esperando, es más, prácticamente ya había perdido las esperanzas. Cuando dos de mis tres hijos se hicieron profesionales, recién decidí iniciar mis estudios de post grado. Primero la maestría adquirida en el año 2010. Parecía que hasta allí llegaban mis fuerzas, mi economía y mi tiempo; sin embargo, en enero del 2014 trabajando en la universidad, se presentaron dos oportunidades de estudio que me pusieron en jaque: Un diplomado en docencia universitaria y un doctorado en educación. Fue muy difícil tomar una decisión. Finalmente dije: hoy o nunca y elegí estudiar en paralelo ambas cosas. Mis amigos y familiares intentaron persuadirme para dejar uno de los dos programas. Mis hermanos y amistades cercanas me decían: Cuida tu salud, es muy fuerte la aventura que piensas iniciar. A mis hijos los veía preocupados pero guardaban silencio porque me conocen que cuando tomo una decisión no paro hasta lograrlo, es lo que les he enseñado. En mis pensamientos solitarios sentía temores pero mi mente y mi corazón me decían: Sí puedes, y no retrocedí en mi proyecto cumpliendo con lo que les digo a mis estudiantes colegiales y universitarios, “cuando se quiere se puede…no se rindan jamás”. Tuve entonces que mentalizarme para  no tener ni sábados ni domingos de descanso durante 2 años y dediqué este valor y esfuerzo a mi querido padre que está en el cielo y a mi madre santa que aún la tengo a mi lado, e inicié el camino duro y difícil para cumplir el sueño de mi vida. En diciembre del año pasado culminé con éxito mi Diplomado y sólo me quedaba pendiente el doctorado.

Hago un paréntesis en este punto para mencionar al señor Has Rivera, un padre de familia ejemplar de cuyos hijos fui su profesor de matemática durante toda la secundaria y hoy convertido en un buen amigo, es el lector incondicional de Puente Cultural. Cada mes le hago llegar mis Boletines en físico y no sólo los lee, sino también los colecciona. Hace algunos años me dijo: Cuando llegues al número 100 lo voy a mandar empastar; le agradecí, me alegró su propósito, pero yo me decía: ¿cuándo será ese día? Este mes está a la espera del presente Boletín para cumplir su promesa; ya me lo dijo. Gracias Has, porque tan solo tu buena intención me motiva inmensamente y me emociona cuando me muestras todos los boletines en perfecto orden desde el número 1. Pues bien…llegó ese día.

Regresando a la feliz coincidencia, en agosto me puse a contar los meses para saber en qué mes salía el número 100, y oh sorpresa, era en noviembre, y coincidentemente en ese mes culminaba mi doctorado. Qué feliz coincidencia, doble alegría que comparto con ustedes: el centésimo número de Puente Cultural y el haber culminado justo en este mes mi más ansiado propósito de muchos años: Mi Doctorado en Educación.

Estoy totalmente seguro que mi amado padre está feliz al lado del Señor por este doble logro de su hijo que también está disfrutando aquí en la tierra con humildad y profunda gratitud a todos quienes leen y hacen puente con mi Boletín “PUENTE CULTURAL”