Es verdad que a los adolescentes que no se les inculca valores con el ejemplo en casa, la pérdida 
de sus valores se acentúa y se acostumbran finalmente a buscar sólo su comodidad.
Me quedé realmente sorprendido al comprobar lo que algunos estudiantes de secundaria vienen haciendo en las Instituciones Educativas de nuestro país sobre la exoneración del curso de Religión. Resulta que en la currícula de toda Institución Educativa pública o privada se encuentra el curso de Religión, y también conocemos que el Ministerio de Educación ordena que un estudiante no católico pueda exonerarse de dicho curso para lo cual los padres deben presentar una solicitud al director de la Institución. Existen incluso modelos de dicha solicitud proporcionados en la web del Ministerio de Educación.
La Resolución Ministerial N° 0048-2005-ED, establece que la exoneración del curso de religión “es autorizada por la Resolución Directoral de la Institución Educativa” por tener el alumno convicciones religiosas diferentes a las que se enseñan en la Institución Educativa; además, que “no es procedente evaluar al alumno exonerado” y que en las actas de notas y/o todos los documentos oficiales se debe anotar la expresión exonerado. Entonces los padres que no profesan la religión católica están autorizados para presentar una solicitud de exoneración del curso para sus hijos. Se entiende que el alumno exonerado del curso de religión tiene prácticamente libre esa hora ya que puede o no ingresar a clase y además no presenta tareas, ni rinde examen. La contradicción de fe se encuentra en que algunos adolescentes católicos de hoy, viendo a sus compañeros no católicos exonerados con esa libertad y “ventaja” según ellos, están tomando el camino de exonerarse también del curso de Religión; una vez más repito, por su comodidad. Ellos siguen siendo católicos, pero amparados en esa Ley que no les corresponde, aprovechan para que de manera deshonesta soliciten su exoneración. Cuando se les pregunta ¿Por qué te exoneras del curso de Religión siendo católico? Sus respuestas no tienen argumento válido, algunos justifican su respuesta diciendo “porque sus padres no tienen dinero para comprar el libro de Religión”. Lo más lamentable de todo esto es que los padres avalan a sus hijos lo mal que hacen y a la vez se contradicen de manera absurda cuando dichos padres gestionan en su parroquia la preparación para que sus hijos reciban el Sacramento de la Confirmación. Qué pena la actitud de padres e hijos…por un lado se exoneran del curso de Religión, y por otro lado desean confirmar su fe católica. Qué inmensa contradicción de fe…..